viernes, 26 de marzo de 2010

Ensayo sobre "Comunicación, Educación Y Ciudad"

Medellín, una ciudad de dos caras, el lado inferior y el lado superior, caras que día a día se centran en levantar muros y barreras que dividen la ciudad, lo cual genera una desigualdad social y cultural que causa de una manera u otra una no-socialización, lo que impide el encuentro, la interacción y la comunicación entre sus ciudadanos.

Todos los días comprobamos esta realidad, podemos encontrar cómo en los centros de la ciudad, los de clase alta y baja se cruzan pero no se encuentran, como ignoran la presencia el uno del otro, esto conlleva a una imposición social que impide el desarrollo de la ciudad, “me parece pertinente aclarar que no debemos definir desarrollo solamente al hecho de crecer cada vez más en tecnologías, infraestructuras y demás, también debemos llamar desarrollo al hecho de que los ciudadanos “marginales” quieran progresar, ser alguien más en la ciudad, quieran hacer presencia, hacerse notar, participar en ella, e interactuar con los otros”; estos muros no permiten esta clase de desarrollo, pues por el simple hecho de no pertenecer a una clase alta no tienen derecho a pertenecer a su sociedad, a conseguir un empleo o a tratar de salir adelante. Por esto vemos personas luchando día tras día en trabajos informales, que van desde vender toda clase de artículos en un semáforo, hasta vender comestibles, cantar y rapiar en los vehículos de servicio público. Mientras estas personas “marginales”, de estratos bajos tratan de salir adelante y hacer lo que sea por el bienestar de una familia, los “imperialistas”, por llamarlos así, esos de clase alta tienen una perspectiva distinta de la vida, no se fijan en que dentro de la misma sociedad en la que habitan, hay también personas de bajos recursos necesitando ayuda, ayuda que no les brindan. Estos solo se preocupan por mostrar y vender el lado bonito de Medellín, esa obsesión por querer ser como otras ciudades del mundo los enceguece y no les permite ver que para crecer simplemente hay que derrumbar esos muros de exclusión social y luchar por querer una ciudad educada, con cultura y desarrollo, una ciudad centrada en el bienestar de sus habitantes.

Es sorprendente el hecho de que los ciudadanos no quieran interactuar entre sí, para ejemplo de ello como dice el documento podemos encontrar centros comerciales y lugares en los cuales solo se permite el ingreso a personas de estratos altos, pues se reservan el derecho de admisión, y esto lo hacen por el “miedo” a ser víctimas de un atraco y/o de un acto de violencia. Ladrones, vándalos, gamines, así clasifican a los de estratos bajos, es también por esta razón que no existe interacción alguna, por diferentes conceptos que se tienen unos de otros.

En los párrafos anteriores mencioné el problema que vive la ciudad por la falta de interacción, ahora cabe mencionar otro problema fundamental, el problema de la comunicación. Carrión concibe la comunicación urbana como “una relación social, inscrita en un escenario de relaciones sociales múltiples que es la ciudad”, Pero este no es el caso de nuestra ciudad, aquí la comunicación se va perdiendo cada vez más, aquí no se intercambian ideas por falta de espacios y lugares en los que se pueda interactuar. Como lo mencione anteriormente hemos llegado a tal punto de privatizar un lugar y de excluir a ciertas personas que ya no encontramos posibilidad alguna de construir una “formación ciudadana”, y damos pie a la “pérdida de una fluida comunicación”.

Ahora bien paso a hablar de la “ciudad educadora”, muchas veces nos encontramos con ciertas cosas y lugares que no conocemos, que es algo nuevo para nosotros, que lamentablemente a pesar de vivir en la ciudad y de ser parte de ella, desconocemos ciertos rincones que constituyen la urbe, ignoramos el significado de monumentos, edificios, calles tal como lo cita el texto. A esto también le podemos llamar falta de comunicación, por esto debemos recorrer, caminar, visualizar, persuadir, descubrir, experimentar, interactuar y sobretodo conocer nuestra ciudad y comunicarnos con ella, ya que es una posible forma de educarnos.

“Proponer el conocimiento integral de la ciudad y la aceptación de las diferencias que en ella se dan, es tal vez, uno de los primeros pasos que se debe dar para la conquista y el ejercicio de la ciudadanía”, lo que quiere decir que si nos atrevemos a descubrir, experimentar, conocer, recorrer y aceptar todo lo que nos rodea, las subculturas, los barrios, los habitantes podemos quizás tener una ciudad unida, en la que se fortalezca la comunicación y se habiliten espacios y lugares para que podamos interactuar unos con otros, de esta forma tendríamos una ciudad comunicada y educada.

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